Miembro del equipo profesional de FAMILIA
A fuerza de bromas Wander Rosales se volvió un experto en temas futbolísticos, aunque no simpatiza con ningún cuadro uruguayo en particular. "Una vez, la esposa de un paciente estaba hablando con el hijo por teléfono y le decía 'aquí estoy con un muchacho cubano, es bárbaro, no sabes qué amable que es, se llama Peñarol´, recuerda muy divertido.
Los chistes deportivos ya son moneda corriente para él, a tal punto que terminó familiarizándose con la afición para poder participar de las conversaciones o responder a los comentarios jocosos.
Wander es licenciado en Biología, hizo cursos de Enfermería y es miembro del equipo profesional de FAMILIA Acompañantes. "Es un trabajo que me gusta mucho, en mi país (Cuba) no existe la figura del cuidador pero me parece algo muy necesario".
"Desde mi rol de acompañante conocí a gente muy amable y agradecida", reconoce. "A veces, voy caminando y alguien me dice 'ay Wander... qué alegría verte, yo soy la hija de tal o cual persona que estuvo contigo´ y se siente tan intenso el afecto, que me conmueve. Siento que me gusta ayudar y es muy gratificante cuando dejas una impresión positiva en otros, eso no tiene precio."
Nuevos desafíos
Wander recuerda una oportunidad en la que FAMILIA Acompañantes le asignó una tarea muy especial: "cuidé a un niño de 9 años y fue inolvidable porque tuve que apelar a técnicas y herramientas de trabajo diferentes a las habituales. Tenía mucha energía y le costaba hacer reposo así todo el tiempo inventé juegos... hasta fabricamos máscaras de súper héroes con ayuda del personal de enfermería".
Un ingreso hospitalario es un hecho que generalmente produce ansiedad y estrés. En el caso de los niños estos sentimientos se transfieren de forma directa a su familia y entorno, por lo que el desafío del cuidador aumenta exponencialmente. "Finalmente todo salió muy bien y aprendí mucho en el proceso. Fue muy positivo para todos."
