Su esposa y él mismo fueron hospitalizados y en ambas oportunidades coordinaron el servicio de acompañantes de FAMILIA. "Nos pareció excelente la atención que recibimos, todos muy respetuosos y atentos".
Socio de FAMILIA Acompañantes y de la Asociación Española
Una mañana César se despertó con una sensación desagradable, como si hubiera comido mucho y tuviera una indigestión. En la consulta médica el especialista ordenó hacer un electrocardiograma y el resultado fue decisivo: marcaba claramente un problema coronario que derivó en una angioplastia (procedimiento para restituir el flujo sanguíneo).
"Todo pasó muy rápido" recuerda. "Hasta ese momento nunca había tenido esta clase de problemas, salvo hace muchos años -un 25 de diciembre a la mañana- que estaba cocinando un cordero para comer a la noche y no me sentía muy bien. Le dije a mi mujer que me iba a acostar un rato y no supe más nada hasta el 26... Recién lo traigo a colación porque en una de esas fue también una señal de que algo no andaba bien, nada más que hasta ahora no lo había asociado."
Rápidamente se organizó el procedimiento mientras su esposa Adriana coordinaba el servicio de FAMILIA Acompañantes. Felizmente todo salió muy bien y después de unos días de hospitalización César volvió a la casa. "De a poco estoy volviendo a la normalidad pero no puedo hacer muchas locuras... Si intento caminar un poco más de lo recomendado me agito o siento que me falta un poco de fuerza" describe. "Y a nivel emocional quedas un poco raro, todo cambia y hay que revisar los hábitos de vida. Es un cambio muy grande".
Haciendo un poco de memoria, reconoce que estos últimos meses han sido muy extraños para toda su familia y eso puede haber afectado su salud sin que se hubiera dado cuenta. Primero, una fuerte sorpresa que tuvo a través de Adriana: "Estábamos de vacaciones con mi señora y aprovechamos para hacer sus chequeos médicos anuales antes de salir de paseo. Ella siempre fue muy responsable, cumple con los controles sin faltar a ninguno, pero esta vez encontraron algo raro y la operaron de urgencia el 19 de febrero pasado".
Hasta ese momento el contacto con el servicio de acompañantes había sido mínimo. "Nosotros entramos a FAMILIA por mi suegra", explica César, "ella era de la Española y de FAMILIA y por detrás de ella nos sumamos todos, pero hasta ahora no lo habíamos necesitado hasta que Adriana se internó. En mi caso, siempre fui una persona muy sana y esto que me pasó fue totalmente inesperado. Tanto a ella como a mí nos pareció excelente la atención que recibimos de todos los acompañantes que conocimos, muy respetuosos y atentos... por eso quería decir gracias".
César se encuentra ahora bajo licencia médica. Después de meses de mucho estrés, agradece la paz y el descanso que solo son posibles en el hogar. Aprovecha para tomar mate, dormir, relajarse y sobre todo, reflexionar. "Es muy fuerte lo que nos pasó, exige un alto para decidir cómo me gustaría vivir a partir de ahora. No sé... cuidarme un poco más, porque en un instante todo puede cambiar."