Una ración de 200 gramos cubre con creces las necesidades diarias de vitamina C de un adulto y apenas tiene calorías. También satisface enteramente los requerimientos diarios de ácido fólico y dos terceras partes de los de vitamina A.
Para disfrutar al máximo de todos sus beneficios, es importante respetar su tiempo de cocción. El chef y nutricionista de la Asociación Española, Lic. Rodrigo Reyes, y la Dra. María Gracia Sosa, ganadora de la segunda edición de Master Chef Uruguay y médica de la Asociación Española, aconsejan prepararlo al vapor (unos 5 minutos) o sumergido en agua hirviendo (de 3 a 4 minutos). Una vez cumplido el tiempo, es recomendable pasarlo por agua fría para cortar el proceso de cocción.
Todo el brócoli es comestible y es importante aprovecharlo al máximo, según la receta. Si vamos a convertirlo en una deliciosa sopa crema (ver receta aquí), tanto los tallos como el tronco son utilizables, de manera que se pueden cocinar y triturar juntos. En cambio, si se trata de una ensalada o como acompañante, podemos emplear solo los tallos y reservar en la heladera los troncos para otra oportunidad (en un recipiente cerrado pueden guardarse por varios días, crudos o cocidos).
Alimentos ricos en calcio
El calcio es el mineral que más abunda en el cuerpo humano, en especial en dientes y huesos. Lo encontramos fundamentalmente en los lácteos y derivados, pero también está presente en alimentos de origen vegetal:
1. En el brócoli.
2. En semillas de girasol. Se pueden consumir en ensaladas o espolvoreadas en panes o pastas.
3. En la leche de arroz, almendras y soja.
4. En legumbres o frijoles.
Las semillas, en general, necesitan "activarse" para aprovechar sus propiedades nutricionales.
Se remojan de 4 a 6 horas en agua; después se cuelan y se comen enseguida, o se guardan en la heladera hasta tres días.
La otra manera, como ocurre con el sésamo, es tostándolo levemente en una sartén antiadherente sin parar de remover, durante 5 minutos, para que no se deterioren sus ácidos grasos.
